Diego ha sido un caso de los que no pasan desapercibidos. Llegó a nosotros diagnosticado y medicado para la epilepsia, sufriendo ataques semanales y con un tic en la boca que se producía cada vez que le subía la emoción. Después de dos años y medio conviviendo con esta problemática, desde la primera sesión Diego mejoró muchísimo, no teniendo más ataques epilépticos (Viento Interno en MTC) y con el tic prácticamente extinguido; aprendiendo a controlar sus emociones, encontrar la tranquilidad en su día a día, y hasta a utilizar más los sentidos del olfato y de la vista. Ha recuperado una vida digna y toda la familia puede disfrutar de verdad de él y con él.